viernes, 16 de marzo de 2018

Reflexionando en Rojo y Negro para la TV (videos)



Ruth Sánchez

En el siguiente texto defendemos el medio televisivo como adecuado para la transmisión de nuestras posiciones ideológicas, la necesidad de llenarlo de contenido al tiempo, que construimos un espacio, formalmente, adecuado.

Reflexionamos sobre diferentes conceptos (ideológicos, organizativos, discursivos etc) que han formado parte de la concepción del programa“Rojo y Negro”. No es tanto una descripción del mismo como una invitación a reflexionar sobre qué es o qué debería ser el programa dentro de posiciones libertarias. Explicamos cómo hemos diseñado el programa, cómo lo concebimos y cuáles son nuestros anhelos.

 
“Rojo y Negro tv” comenzó a emitirse en enero de 2015, concretamente el martes y 13. Hemos conseguido, desde entonces, realizar nuestro programa puntualmente todos los segundos martes de cada mes avanzando, en cada cita, hacia nuestra idea definitiva de consolidar un formato diferente en un paisaje bastante homogéneo. Auspiciados por CGT, nuestro programa viene a sumarse a los intentos de otras muchas organizaciones libertarias, anarquistas o sindicales por una parte, de difundir la realidad, de informar sobre aquello que no existe en los medios del sistema y por otra, de expresar opiniones y dar cabida a aquellas voces que no tienen sitio en el panorama audiovisual.

La elección del formato televisivo Y, ¿por qué es tan importante el medio? Otros medios han servido con anterioridad para estos mismos fines y nos sirven aún: los panfletos, la prensa escrita, las conferencias; también el cine y la radio. Pero nosotras nos hemos decantado por el audiovisual, la televisión. El formato televisivo -y no hablamos aquí de los canales de transmisión sino de su lenguaje- es el más popular del momento. El más visto y el más fácilmente entendible. Así que ¿por qué no utilizarlo en nuestro propio beneficio? Y sobre todo ¿cuál es ese beneficio? El más inmediato es, desde luego, la libertad no sólo de los temas elegidos –  que a la postre, y en estos primeros programas, no han sido tan extraños para el panorama mediático- sino también el interés de ver diferentes y nuevas caras sentadas en un plató opinando y debatiendo. También, porque es estimulante escuchar voces distintas para temas distintos, es decir, prescindiendo de la caterva de opinadores para todo y para cualquier cosa, todólogos, tal y como Carlos Taibo los ha definido en su libro Contra los tertulianos sustituyéndolos por invitados, que saben de lo que hablan y que aportan mucho más que su opinión, cuyo debate está suscitado por el contexto, las diferencias lógicas de pareceres y no marcado por tiempos televisivos más cercanos al espectáculo que a un espacio de reflexión político y de actualidad. Así, hemos conseguido un programa en el que otras voces tienen lugar pero además –y este es otro de los beneficios- hemos logrado construir otro tipo de medio no sólo en lo que concierne al contenido sino en cuanto a su forma.

Construyendo nuestra propia identidad

Cierto es que hemos partido de un modelo ya probado y visto. Los referentes más inmediatos que nadie niega podrían ser “La Tuerka” o cualquiera de los espacios de debate en las cadenas generalistas que a su vez beben todos de la mítica “La Clave”. Esta continuidad nos ha permitido captar la atención de un público interesado en el contenido que le hemos ofrecido sin necesidad de que se habituaran a un formato extraño porque sabían o intuían que les íbamos a hablar de política, de actualidad y así lo hemos hecho. Sin embargo, hemos introducido ciertas innovaciones formales para crear una nueva realidad en el panorama que están íntimamente unidas a nuestra ideología y nuestra propia visión del mundo. Hemos trabajado para conseguir una identidad propia que no deje lugar a dudas en primer lugar, quiénes somos y en segundo lugar cuál es nuestra posición ideológica. La elección de nuestro nombre “Rojo y Negro tv” continúa con la tradición de la prensa escrita en el sindicato CGT –nos referimos al periódico Rojo y Negro- cuyo nombre ya de por sí tiene claras connotaciones anarquistas.

No es casual por tanto, la elección de dos presentadoras para el directo de plató y de una más para la presentación de otro de los espacios. Queríamos desligarnos de las presencias carismáticas dejando que el programa fuera conducido por desconocidas y que se alternaran programa a programa, de tal forma, que el espacio fuera reconocido e identificado por sí mismo y no sólo por las personas que lo conducen. El anonimato o la colectividad no son del todo posibles para estas labores, ni tienen que ser tampoco necesariamente buenos, pero con esta acción buscamos resaltar la importancia de aquello que se dice por encima de quién lo dice, la importancia, como en tantos otros grupos asamblearios, de no tener líderes ni portavoces fijos, dejando translucir con esta elección lo esencial del colectivo y su mensaje. Hemos, también, buscado ser cuidadosas con el la forma del discurso empleado. Para ello hemos intentado utilizar siempre, también en este texto, en el caso de los plurales no marcados, el femenino, un uso muy extendido últimamente entre los colectivos libertarios o de activismo asambleario y que nos sirve, mucho más que el hecho de utilizar los dos géneros, para irrumpir de forma más violenta en el discurso y construirlo no ya de forma igualitaria, sino reivindicativa, poniendo de relieve la discriminación o ausencia de la mujer de manera más directa.

La cuestión organizativa

Otro beneficio como equipo, comprometido ideológicamente y más allá del resultado televisivo, es el reto de la organización horizontal. Todas hemos tenido, en mayor o menor medida, unos referentes organizativos ligados a lo empresarial. No en vano los medios de comunicación modernos ligan su vocación de informar con la de difundir cobrando por la noticia, de ahí que, para su existencia, se haga necesaria una cierta rentabilidad que paradójicamente permita su independencia a la par que la lastra condicionándola a la ganancia. De hecho, así surgen las grandes corporaciones mediáticas controladoras de nuestro ocio y de la información que recibimos. También los pequeños medios, sean de contrainformación o no, necesitan de esa misma rentabilidad. Salvo excepciones –Diagonal, La Directa etc- la mayoría de los medios, también aquellos que no necesariamente tendrían que rendir cuentas de la misma forma, –nos referimos aquí a los medios públicos- han optado por un modelo de producción clásico, jerárquico y, en tanto que alienante, temeroso del fracaso. Esto es necesariamente malo para la libertad de información y de opinión, porque las plantillas se mueven por el miedo de no resultar lo suficientemente productivas o de no ser complacientes con sus superiores.

También existe la autocensura y el cuidado de no tocar ciertos temas peliagudos que, si bien no harían descender el número de ventas, si podrían dificultar los ingresos por publicidad. Existe un miedo constante a ser despedidas y la libertad de prensa queda en entredicho por temor a perder el puesto de trabajo. Las formas de organización del trabajo son las clásicas de la industria, ideadas parala mayor rentabilidad empresarial y, como no podía ser de otra forma, excesivamente jerarquizadas. Así que, para nosotras ha sido interesante la búsqueda de cómo prescindir poco a poco de las manías empresariales y poder conjugar lo mejor del trabajo cualificado, segmentado por diferentes especialidades, con la horizontalidad y el trabajo cooperativo.

La consolidación

Nuestro reto ahora es sin lugar a dudas la difusión. Sin miedo al despido o a la poca rentabilidad pero empeñadas, como activistas, en tener el mayor eco posible. Por eso hemos elegido este medio, por eso nuestros antepasados ideológicos escogieron los medios con más prevalencia de su tiempo porque querían, queremos, por encima de todo, difundir nuestras ideas, agitar y construir nuevas realidades. Sin querer llegar a los métodos del anarquista catalán Quico Sabaté, que secuestraba y obligaba a sus rehenes a escuchar los panfletos y las reivindicaciones libertarias.

Nos gustaría poder llegar a más personas.Para ello, estamos obligadas a trabajar aún más, a hacer crecer a Rojo y Negro tv para que se convierta en un referente consolidado, en un medio alternativo de opinión y de interés. Pero esto no será fácil. Nos dirigimos a un público muy crítico, poco dado a la complacencia y al que poco le satisfacen los lugares comunes. No lo tenemos fácil ni siquiera en nuestro propio entorno en el que nadie actúa a la voz de ya y en el que, lógicamente, no vamos a entrar por la puerta grande y con el camino allanado. Nuestro nombre, nuestras intenciones no son suficientes y tendremos que demostrar nuestra coherencia e implicación antes de que nuestro público potencial nos dé el visto bueno. Con esto ya contábamos y por eso no nos desanimamos.

La próxima temporada que comenzará en octubre de 2015 será, sin duda, mejor porque tendremos un rodaje, un equipo consolidado, formas de trabajo establecidas, en suma, todo lo necesario para hacer un buen programa. Hay que tener en cuenta que esta primera temporada pasada partimos de cero. Tuvimos que construir un programa desde la base, con un equipo entusiasta pero
pequeño que nos obligó a funcionar a contrarreloj para poder hacer un buen directo. Por ello, es más que probable, que a partir de octubre de 2015 “Rojo y Negro tv” se consolide y logre ser un referente para gran parte del movimiento alternativo y de la contrainformación.

[Nota final de El Libertario: para apreciar las emisiones de “Rojo y Negro tv” ir a http://rojoynegrotv.org. Hasta el momento hay allí disponibles 131 videos]

[Artículo publicado originalmente en la revista Libre Pensamiento # 83, Madrid, otoño 2015. Número completo accesible en http://librepensamiento.org/wp-content/uploads/2015/10/LP-83-_web.pdf#new_tab.]


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