viernes, 16 de marzo de 2018

Opinión: Demasiado "ruido de sables"...¡y eso no es nada bueno!



Sebastiana Barráez

Ya son inocultables las conspiraciones en la FAN. Se han configurado hechos que llevan a que todos estén “bajo sospecha”. No se trata ya de la detención de varios oficiales, principalmente de la Aviación, por el llamado Golpe Azul o la Operación Jericó. ampoco de los actos que ejecutó Caguaripano y su grupo en el Fuerte Paramacay. Ni siquiera los dos que adelantó el piloto Oscar Pérez al sobrevolar Caracas y al llevarse las armas de un comando de la Guardia Nacional.

La reciente detención de un grupo de oficiales responde a la conspiración más seria que ha enfrentado Nicolás Maduro desde su ascenso al poder, aunque no hubo ningún acto de rebelión, ni intentona golpista.

La Dgcim detectó a un grupo de oficiales, ideológicamente identificados con la revolución y con el chavismo originario, que planificaban la toma del poder. No son militares opositores, sino que están casados con la revolución. Tenían comando y solo a los más probados en la Fuerza Armada les dan poder de fuego. Nicolás Maduro puso a toda la FAN bajo sospecha, porque acaban de caer “incondicionales”, los “profundamente chavistas” y del componente más determinante, el Ejército. Está justificada su alarma. El Tribunal Militar imputó a 9 de los detenidos, por “traición a la Patria, instigación a la rebelión y contra el decoro militar”.


Para Ramo Verde enviaron a los tenientes coroneles Deibis Esteban Mota Marrero, 1er comandante del 413 Batallón Blindado “GD Pedro León Torres”, y Erick Fernando Peña Romero, administrador del Hospital Militar de Caracas “Dr. Carlos Arvelo”; Víctor Eduardo Soto Méndez, 1er comandante del 913 Grupo de Caballería Blindada e Hipomóvil “GJ José Laurencio Silva”, está en La Pica.

 A la cárcel de Santa Ana del Táchira enviaron a los comandantes Henry José Medina Gutiérrez, del 208 Batallón de Apoyo “GB Juan Antonio Paredes”; Juan Carlos Peña Palmentieri, cursante de Maestría en el Instituto de Estudios Estratégicos de la FAN; e Igbert José Marín Chaparro, del 312 Grupo de Caballería Motorizada “GB Juan Pablo Ayala” de Fuerte Tiuna Adscritos a la Dirección de Construcción y Mantenimiento del Ejército (Dicomaej) en Táchira, estaba el Sgto. Supervisor (Ej) Julio César Gutiérrez (La Pica), la Sgt 1ro (Ej) Yuleima Teresa Medina Guerrero (Ramo Verde), y el 1TTE Jeiber Josué Ariza Apolinar.

Para el Tribunal Militar estos oficiales conformaban el grupo “Movimiento de Transición a la Dignidad del Pueblo”. A diferencia de los otros casos de conspiración, éstos no cumplieron los 40 días de incomunicación, como la mayoría de a quienes el Gobierno ha detectado en rebelión. A ellos los habría delatado una teniente, subalterna de Marín Chaparro. Cuando la Dgcim pretende detener al comandante del Batallón Ayala, algunos subalternos se oponen y 18 de ellos fueron aprehendidos. Al mayor general Miguel Rodríguez Torres, ex ministro del Interior y Justicia, lo detienen por las comunicaciones telefónicas que habrían detectado entre él y los oficiales detenidos. Igualmente hay cerca de 20 oficiales que son interrogados. Algunos fueron liberados. Pero las detenciones continuarán.

Los antecedentes

Lo que sucede en la Fuerza Armada Nacional (FAN) se puede interpretar como un jaque mate en cinco jugadas, advertidas por sectores internos y externos de la institución castrense. La primera es la politización, imposición de lemas, como el radiograma Nr. 52-001-00000-4119, del 13 de abril de 2007, suscrito por el entonces GB Hebert Josué García Plaza, ordenando, “por instrucciones del Comandante General del Ejército, que el lema a utilizar por el personal subalterno encuadrado en formación será ‘Patria, Socialismo o Muerte’”. Luego, desde el Alto Mando Militar, con el ministro a la cabeza, se ha impuesto el “¡Chávez vive!…¡la patria sigue! ¡independencia y patria socialista! ¡viviremos y venceremos!”. Y más reciente: que la FAN es “revolucionaria, socialista, antiimperialista y profundamente chavista”.

Un punto de quiebre, como segundo hecho significativo, fue la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), sin cumplir con la consulta al poder popular para su convocatoria. Miembros del Alto Mando Militar manifestaron su desacuerdo, ocasionando que Nicolás Maduro sustituyera, antes del tiempo reglamentario, a todo el Alto Mando Militar Ampliado que incluye a jefes de Redi y Zodi. Sobrevivió parcialmente el General en Jefe (Ej) Vladimir Padrino López como Ministro de la Defensa, pero sin el manejo del Comando Estratégico Operacional (Ceofan). Hubo otros altos oficiales inconformes con la ANC.

Hay que considerar, como elemento adicional, lo que sucede al interior de la FAN como reflejo de lo que ocurre en el resto de la sociedad. Los rangos medios y bajos son los más afectados por la escasez de medicinas y de alimentos, además de la inflación que pulveriza cualquier ingreso económico. Para nada se puede descartar, como consecuencia, el crecimiento brutal en la cifra de uniformados de diverso rango, desde la tropa hasta oficiales, involucrados en secuestros, drogas, atracos, hurtos, asesinatos, etc. Sorprende porque con tantos años en la FAN destruyen su carrera militar, se lanzan a acciones delictivas destinándolos a la cárcel o incluso a la muerte.

Operación David y Caso Óscar Pérez

El asalto al Fuerte Paramacay, ocurrido la madrugada del 6 de agosto de 2017, causó gran impacto en la FAN, desnudando la vulnerabilidad de los cuarteles, al ser atacado con éxito una de las unidades militares más importantes del país. Hay 24 detenidos, incluyendo los 11 que participaron directamente en el asalto. Los dos líderes de la Operación, el capitán retirado (GN) Juan Carlos Caguaripano Scott y el entonces activo 1TTE (Ej) Jefferson García, encargado del parque de armas del Paramacay, fueron degradados por Nicolás Maduro. Los detenidos del caso Oscar Pérez están en el ala A de Ramo Verde, separados de los del asalto al Paramacay. Caguaripano está en la sede del Sebin. Maduro trató con la degradación frenar por la vía de la fuerza lo que parece inminente que está ocurriendo en la institución castrense.

Sincronizados

El 14 de enero de 2018 una Comisión de la Dgcim llegó al Centro Nacional de Procesados militares (Cenapromil), Ramo Verde. Era cerca de la medianoche. Según testimonio de alguno de los militares presos, los Dgcim llegaron con los rostros cubiertos. El Director del Centro Penitenciario opuso resistencia a que entraran, argumentando no tener conocimiento de esa operación. El encargado de la Comisión habló con su superior, quien autorizó el evento.

Los funcionarios de Inteligencia entraron, esposaron a los custodios y a algunos los trataron con dureza. Se dirigieron hacia el lugar en el que se encontraban los de la Operación David; allí permanecieron hasta las 4 de la madrugada, momento exacto en el cual, en otro punto de la ciudad, en El Junquito, las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) de la Policía Nacional, arrancaban la Operación Gedeón que acabó con la vida de Oscar Pérez y seis miembros de su grupo, después de haberse rendido.  Fue una acción sincronizada, mientras a los miembros de la Operación David los obligaron a estar en cuclillas, hasta que la comisión de Dgcim se fue. Días después, el 20 de enero, fue detenido el director de Ramo Verde, capitán de navío José Boston Silva. La excusa, que nunca fue oficial, es que la causa fue la fuga de nueve jóvenes oficiales durante un operativo de traslado el 1 de diciembre 2017.

En un twittwer con fecha 14/3, Rocio San Miguel afirma: "No dudo en señalar que el gobierno de Venezuela enfrenta la peor crisis militar desde 1992. La del 2002 fue palaciega de allí la diferencia."

[Tomado de http://rupturaorg.blogspot.com/2018/03/en-la-fan-empiezan-caer-los.html.]

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