miércoles, 10 de enero de 2018

Opinión: Comenzando 2018 el colapso se acelera


Otto Jansen (Correo del Caroní)

Aseguró un habitante de Caicara del Orinoco, capital del municipio Cedeño;  población del oeste del estado Bolívar que el fallecido presidente Chávez escogió para el impulso de por lo menos una veintena de proyectos, casi desde el primer momento abandonados y todos sin conclusión. Dijo el ciudadano que le constaba que en el medio de la terrible situación de saqueo vivida por los caicareños hace unas horas, pudo divisar cuando el alcalde, miembro de la cuestionada Asamblea Nacional Constituyente, y ahora recién elegido como máximo representante local, salió en gira hacia la población de Los Pijiguaos, parroquia algo distante dentro de su jurisdicción.

Que esta afirmación sea cierta o no, seguramente puede ser comprobada, pero la sola presunción tiene asidero por la incapacidad manifiesta del gobierno de la revolución y sus actores en todos los niveles, aun estrenándose en los cargos, de encarar la realidad social y económica venezolana, otorgando medidas sensatas y prácticas, tal como lo reclama la población hundida en el desespero del hambre y en la desproporción de dificultades que significa en el presente momento cualquier faena.

El abismo de la pobreza pide la palabra

En Caicara del Orinoco, el otro elemento de la irritabilidad social manifiesto, es la situación de la enfermedad de la malaria (recogido perfectamente en la nota accesible en http://periodicoellibertario.blogspot.com/2018/01/hambre-y-desesperacion-colectiva.html); no existe poblador que no lo mencione con terror ante la amenaza directa de posible expansión a todos los habitantes por la comercialización de los medicamentos y las irregularidades y corruptelas con la que se consigue el tratamiento. Pero ese cuadro sanitario no es exclusivo de este municipio de Guayana, el resto de ellos sencillamente está en la cola del mismo modo que el conjunto del país. Así que al producirse las arremetidas de la población que estamos viviendo por falta de comida, el descontrol monetario y la ausencia de autoridad que aparece cuando los hechos están consumados, se pretende esconder con calculado desparpajo, las causas y razones del deslave social que seguirá profundizándose según indica la lógica de las problemáticas en ebullición, la pobreza, y los niveles de pauperización de la gente, que se llevaran por el medio, las manidas tretas políticas del Gobierno, los desencuentros reales o accesorios de los factores democráticos y la posibilidad de rescatar la democracia, tal como diversos estudios en el tiempo lo han asegurado más de una vez (Pobreza un tema impostergable Bernardo Kliksberg).

“El lecho de roca”

¿Qué explicaciones tienen que indagarse cuando las áreas de alimentación, sanidad, viviendas, servicios públicos (agua, por citar quizás el más importante) y educación, vienen teniendo un colapso anunciado, incluso acelerado a ojos vista por las severas distorsiones económicas ante los que el gobierno revolucionario no quiere rendirse, pretendiendo artilugios de todo tipo para conservar el poder absoluto en Venezuela? Siendo tarea humana específica y expresión de un proyecto político concreto que cuenta con casi veinte años de permanencia en la conducción pública a ¿quién achacar responsabilidades de la tierra arrasada que son las diversas áreas del país y sus regiones? Los indicadores del abismo de la pobreza y la miseria en la sociedad venezolana son claros desde hace por lo menos cinco años, pero a los cuadros académicos ya les sobrepasa lo que estamos viendo diariamente en las calles y comunidades: las muertes de infantes, 48 o más en meses precedentes, cantidades de personas comiendo de la basura, enfermedades que atacan y que llevan incluso que mucha gente vaya a los puestos de atención médica con armas presionando por respuestas, como en el módulo Los Aceiticos de la capital de Bolívar, acueductos que no funcionan como el que inauguró el exgobernador Rangel Gómez en Ciudad Bolívar. La tranca económica que no es nada más la anarquía con el efectivo: el altísimo desempleo y desocupación laboral de los pueblos de la región y las implicaciones que se susurran de altos funcionarios civiles y militares. Arrancamos con saqueos, irritación acumulada y nerviosismos, prácticamente a horas de iniciarse el nuevo año, circunstancia de impacto y gravedad que sin embargo es asumida por el presidente, el gobierno y la revolución con la inercia burocrática y cuando más con la maniobra política, tras la máxima jugada que haga invisibles a los adversarios y borre las causas estructurales del desastre ¿creerán posible que pueden con los ruidos del estómagos y la angustias por la muerte inminente ante la falta de atención y medicinas? Llegamos al lecho de roca (“cama de roca: roca maciza que se encuentra en la superficie de la tierra o subyace bajo ella…”). En lo social, es definitivo, en lo económico, hace rato está comprobado; en lo político: para la revolución bolivariana, gobierna o se va. Mientras que a los sectores de oposición electoral se les acabó el tiempo para la improvisación y el protagonismo mediático. Si no miden, todos ellos, estas horas de apremiantes y espeluznantes necesidades de los venezolanos.

[Versíon resumida de post accesible en http://www.correodelcaroni.com/index.php/opinion/item/61676-deslave-en-camara-rapida.]


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