viernes, 5 de enero de 2018

Dos reseñas de _101 definiciones de anarquismo_

   - I -

Simón Dagerman

Lanzado en Noviembre de 2014 en FILSA el Grupo de Estudios José Domingo Gómez Rojas, presentó mediante la Editorial Eleuterio el libro 101 Definiciones del anarquismo.

Esta obra pretende a ser lo mas antagónico de una biblia, quiere presentarse o demostrar que la anarquía no se puede ser un concepto quieto e inmóvil. Ya que las definiciones quietas no tienen movilidad, y al no tener movilidad no tienen vida. Están inertes. La anarquía está llena de vida, por ende esta en movimiento contante a través del tiempo y de las distintos puntos cardinales que les da la gran madre tierra, por eso la anarquía tiene tantas definiciones. La anarquía no es la misma en Ucrania, como en España, o Chile. Es distinta y diversa, siempre teniendo presente sus fundamentos: la libertad tanto individual como social, el socialismo sin Estado, la abolición de la propiedad, y estar encontra de todo tipo de dominación, sea este el Capital, el Estado o el patriarcado. Contra toda forma de Autoridad. Pero también anarquía es la creación de un mundo nuevo.

101 Definiciones del Anarquismo nos invita claramente a eso, la creación de un mundo nuevo. De ver la anarquía de distintas voces y contextos. Definiciones que son palabras, canciones, frases, citas y hasta pinturas.

Entre los personajes citados podremos encontrar a los clásicos militantes del anarquismo como Bakunin, Reclús, Kropotkin, Malatesta, pasando por escritores reconocidos que simpatizaron con ideas libertarias como Oscar Wilde, Albert Camus, Baldomero Lillio, Bertrand Russell, George Orwell, entre otros. Agregando a personas que quizás nunca conocieron la anarquía pero tenían esas ansias de una sociedad libre (Antifón de Atenas, Lao Tse). Las definiciones en sí no son solo palabras, en el papel de un libro, pueden ser distintos tipos de expresiones como el arte, una manifestación, un periódico o un una consigan y en eso el libro no se queda atrás. Los compañeros fueron conscientes de eso y compartieron bellas ilustraciones del Benito Rebolledo, un conocido pintor anarquista chileno, entre otras sorpresas.

Este libro puede ser una herramienta introductoria para el anarquismo a muchas personas quienes no lo conozcan y así una invitación a conocer estas ideas. Pero también es un bello texto para quienes conocen las ideas mas a fondo, releer citas inmemorables, y repensar la anarquía.

En palabras de los editores:
<<101 definiciones del anarquismo, tercer título de la Colección Construyente, no es un manual ni un catálogo, ni es su objetivo presentar la definición del anarquismo, sino dar a conocer una pequeña muestra de su pluralidad, lugar donde se encuentra uno de los aspectos positivos del anarquismo: su fluidez y su diversidad se combinan de manera armoniosa con el devenir de los tiempos. Más que anarquismo, quisiéramos dejar presente la idea de anarquismos, formas contextuadas de lucha contra los autoritarismos, en momentos y lugares que cubren lo ancho del mundo. Es, también, la multiplicidad de las lenguas, del lenguaje como intrincado rumbo lleno de misterio: ¿Hay alguien que pueda responder con toda seguridad qué es la anarquía? Todos los conceptos están abiertos a las mentes que los adoptan.>>

Sin lugar a dudas un texto que no puede faltar en tu biblioteca.

¿Donde conseguirlo? El texto lo puedes encontrar en la Librería de la Cooperativa la Furia, ubicado en: Salvador #1319, esquina Santa Isabel, Barrio Italia, Providencia. Metro Salvador/Santa Isabel (Santiago)

Si no eres de Santiago revisa los puntos de distribución.

Para finalizar la reseña nos gustaría dejar nuestra definición preferida, interpretada por Paco Ibañez, escrita por Georges Brassens, la canción: “Mala Reputación“ https://www.youtube.com/watch?v=DSyXQA4QiTw.

[Tomada de https://periodicolaboina.wordpress.com/2015/12/31/resena-101-definiciones-del-anarquismo.]

   - II -

Anónimo

A propósito de la lectura de 101 Definiciones del Anarquismo (Editorial Eleuterio, 2017), se me vino a la cabeza un recuerdo.

En 2012 tuve la suerte de asistir al Encuentro Internacional de Anarquismo en Saint Imier, un pequeño pueblo suizo ubicado en las montañas del Jura. El motivo de la convocatoria era el 140° aniversario del Congreso de Saint Imier, hito fundador del anarquismo organizado que contó con la participación de insignes ácratas como Mijail Bakunin y James Guillaume. Ciertamente, dicho acontecimiento marcó una de las formas más reconocidas del movimiento anarquista, en estrecha relación con la Asociación Internacional de Trabajadores y su propósito de llevar a cabo una revolución social inmediata a través de diversos métodos de organización, agitación y propaganda.

Extrañamente, a más de un siglo del Congreso, existen individuos y grupos que se identifican con las tácticas de esta época y toman este hito como forma única del anarquismo. Se les escucha decir: “Bakunin dijo…”, “Según la Primera Internacional deberíamos…”, llegando incluso a entramparse en la mítica riña entre Bakunin y Marx como si en ello se encontrara la sustancia del ideal anarquista. A estas alturas, la discusión se ha desarrollado a tal punto que ya existe un “Marx anarquista” y un “Bakunin marxista”. No cabe duda: el lenguaje da para todo.

Sin embargo, pese a esta ilusa inmanencia, el Encuentro Internacional del Anarquismo de 2012 demostró que la situación actual ha cambiado sustancialmente desde aquel entonces. La razón no es la que todos supondrían, a saber, que siempre hay algunos que se creen más anarquistas que otros, ya sea porque son veganos, okupas o viven del trueque. No, la razón no es tan banal. Si retrocedemos en el tiempo, nos encontraremos con un pueblo suizo habitado principalmente por relojeros, es decir, personas cuyas vidas no se relacionan mayormente con la autoridad. Más aún, nos encontraremos con individuos que son capaces de reconocer sus problemas con mucha más claridad de lo que podemos hacerlo nosotros. No necesitan descargar desde Internet ninguna “Introducción al anarquismo” para saber qué tienen que pensar, pues todo lo encuentran en el diálogo de sus discusiones y cartas. Además, viven en Europa, cuna de la discordancia y continente que alberga las expresiones más déspotas del Poder.

Después de Saint Imier, los barcos comenzaron a salir con más frecuencia hacia otras tierras. Luego, los aviones cruzaron los cielos. Posteriormente, los cables formaron redes y las antenas enviaron señales, y la comunicación empezó a unir todas las curvas de la Tierra. Las ideas anarquistas, obviamente, se trasladaron junto a toda esta innumerable información en la cabeza de los inmigrantes o por los aires invisibles. La coherencia de estas ideas no dependía de su ubicación geográfica, sino en la capacidad de reconocer y combatir el problema de la servidumbre y la dominación en nuestras sociedades. En este sentido, el viaje de La Idea a través del mundo no obedecía a los designios del Congreso de Saint Imier. Al contrario, en nuestro caso, el anarquismo tomó formas muy diversas en América Latina, tierra indígena, colonizada y de profundo arraigo cristiano (ver El anarquismo en América Latina de Carlos Rama y Ángel Cappelletti).

Lo mismo ocurrió con el devenir del tiempo: las guerras mundiales, la acelerada globalización, la informática, la luz artificial, las ciudades, la polución, en fin, los cambios del siglo XX y XXI que han perfeccionado la estructura de dominación y que nos señalan que estamos atravesando una etapa crucial de la evolución. Por esto, la figura contemporánea del anarquismo es diversa: se ocupa de asuntos tan distintos como la seguridad informática o los problemas ambientales.

En este sentido, ¿qué nos enseñó aquel Encuentro Internacional del Anarquismo? Que no es necesario visitar ninguna “Meca de la Anarquía” para reflexionar y actuar sobre nuestro porvenir. Lo esencial es la inquietud que aquellos viejos ácratas instalaron en nuestras vidas: que de la obediencia sólo nace la podredumbre, que la libertad no está inmóvil y que, al contrario, ella se mueve para desprendernos de nuestra relación servil. Nadie está sobre ti. El orden de la sociedad no precisa mandatos externos.

De ahí que el ejercicio del Grupo de Estudios José Domingo Gómez Rojas sea fundamental: 101 Definiciones del Anarquismo, editado bajo su sello Editorial Eleuterio, es una muestra clara y concisa de la heterogeneidad ácrata, variable en cada individuo que sabe que no existe más definición que la suya propia. Es un libro, por ende, que nace de la aspiración a vivir en una sociedad sin jueces. Entre los 101 fragmentos hay definiciones favorables y otras contrarias, al mismo tiempo que discusiones ocultas y mensajes secretos. Además, se extienden las definiciones a lo pictórico (Benito Rebolledo y Paul Signac), a los símbolos (una A en un círculo, un gato-sabotaje, una mujer lanzando una piedra), a la música, a la literatura y a las consignas revolucionarias (¡Tierra y Libertad!).

101 Definiciones del Anarquismo es una celebración a la ausencia de definición. De hecho, sus páginas comienzan con las palabras del ácrata Agustín García Calvo: “La definición es la muerte”. Por eso, el Grupo Gómez Rojas, bajo la luz de una luna roja, se pregunta: ¿Hay alguien que pueda responder con seguridad qué es la anarquía? Respondemos: la multiplicidad es la vitalidad de la anarquía. Su lucha contra el Poder es dinámica y fugitiva.

No queda más que invitar a la lectura azarosa u ordenada de estas páginas. El pensamiento, que es acción, ampliará sus horizontes.

[Tomado de http://www.alasbarricadas.org/noticias/node/39461.]

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