lunes, 2 de mayo de 2016

El fracaso de la izquierda en América Latina - Folleto para bajar de Internet


Humberto Decarli

* Nota previa de El Libertario: Reproducimos los párrafos introductorios de este incisivo trabajo de nuestro compa de Redacción, que examina con lucidez el fallido rumbo seguido por la izquierda marxista latinoamericana hacia sus proclamados objetivos de transformación revolucionaria positiva de las sociedades del continente, en un esfuerzo por analizar en profundidad ese tema desde la óptica anarquista. El folleto con el texto completo, ya diagramado y listo para descargar, está disponible en http://www.mediafire.com/download/39liex4inwt05kd/Elfracaso_HD.pdf, Para leer online: https://issuu.com/naufragodeitaca/docs/elfracaso_hd

Haciendo abstracción acerca de la polémica sobre la carencia de vigencia de los términos derecha e izquierda en el espectro político, habitualmente se emplea al primero de estos vocablos para identificar a los conservadores y renovadores a los otros aunque no se trata de un valor ontológico sino histórico.

Norberto Bobbio, en una obra intitulada Derecha e Izquierda, sostenía que era una categoría cambiante porque todo dependía del contexto. Así, los comunistas en los albores de la desaparición de la Unión Soviética eran eminentemente derechistas porque defendían el statu quo por estar situado en el vértice de la estructura de sumisión de ese país mientras que los renovadores podían ser evaluados como izquierdistas.

En América Latina los movimientos revolucionarios nacieron como una reproducción del Comintern, la III Internacional de los partidos comunistas dirigidos por Moscú. Asumieron el browderismo durante la segunda guerra expresado en la alianza con quien estuviera en contra del fascismo siguiendo el esquema ordenado por los soviéticos y cumplido a pie juntilla por el partido comunista americano encabezado por Eugene Browder. Concluida la conflagración y emergida la guerra fría todo cambió. Las opciones se bifurcaron y los comunistas y demás manifestaciones aspirantes a una transformación social fueron en general ilegalizados.

En los años sesenta se lanzaron a una lucha guerrillera sin éxito militar, excepto el caso nicaragüense, aunque con uno político relativo teniendo un antecedente
en Farabundo Martí y César Augusto Sandino en Centroamérica y los gobiernos fugaces de Marmaduke Grove en Chile y Rafael Franco en Paraguay. Desde las movilizaciones armadas como las formaciones trotskistas y estalinistas en Guatemala, las luchas de Hugo Blanco y el M.I.R. en Perú como antecesor de Sendero Luminoso y el M.R.T.A, los inicios de los diferentes ejércitos en Colombia (FARC, ELN, EPL, Quintín Lame y el M-19), en Ecuador Alfaro Vive Carajo, el sandinismo y el Frente Farabundo Martí en El Salvador y Nicaragua, respectivamente, la lucha armada del Partido Comunista y el MIR venezolanos y la experiencia de los educadores alzados encabezados por Lucio Cabañas en México, constituyeron ingentes pero superfluos esfuerzos de grupos vanguardistas que acudieron a las zonas rurales para materializar una iniciativa de guerra popular destinada a la toma del poder.

Fueron desplazamientos armados apoyados en general por Cuba, quien trataba de exportar su revolución en un esfuerzo desesperado por tener un soporte que le permitiera apertura ante la dependencia soviética. Era el fondo de la consigna del Che Guevara de dos, tres o más Vietnam en el hemisferio. Pero hubo excepciones como los trotskistas guatemaltecos bajo el liderazgo de Marcos Yon Sosa; Sendero Luminoso de naturaleza maoísta; y las guerrillas de los maestros mexicanos, quienes iban a estar abandonados a su propio riesgo porque Cuba no podía ayudarlos dado que el gobierno mexicano había sido el único capaz de no romper relaciones con el fidelismo como lo había acordado la O.E.A.

El fantasma del éxito electoral de la izquierda desde los años noventa para conquistar y administrar el poder en América Latina es indubitable. Ante el fracaso de las formaciones conservadoras, liberales, socialdemócratas o de derecha en general en esa época, surgió el amplio espectro izquierdista como opción para garantizar la estabilidad de la zona bajo la supervisión de los factores mundiales de poder.

Después de tanto tiempo transcurrido de su acceso a los centros de sumisión, los gobiernos de la siniestra han comenzado a caer en una suerte de teoría del dominó, demostrando una ingente incapacidad y una enorme corrupción en el ejercicio de su desempeño lo cual nos lleva a concluir en la esencia del poder como eje del destino de sus ejecuciones. No bastaba con definirse con la impronta notariada de su jacobinismo o de mentalidad transformadora. El dominio es una entidad conformada por una relación social independiente de quien lo gerencie.

Seguiremos este análisis con un recuento histórico del devenir de las luchas de los movimientos socialistas en América Latina desde inicios del siglo anterior con las particularidades de los métodos de lucha, las especificidades nacionale


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